No nos lo podemos creer pero el cole se queda vacío.
El aula llena de papeles por hacer y de una nube de calor que parece que se pueda saborear.
Ayer estos pasillos, que hoy se iluminan intermitentementre con el paso solitario de algún compañero de planta, rebosaban vida, griterío y agua....mucha agua.
Y es que la fiesta del agua se convirtió en una auténtica batalla en pos de la conquista del frescor.
Intrépida y temeraria, Cristina nos ilustra con este reportaje a pie de trinchera:
Los profes ganaron el partido de fútbol (gracias a Alba, Cristian y al padre de Daniel G.) mientras los más peques saltabn sobre un flotador gigante en forma de castillo.
Tras la actuación de magia, humor y malabares, pudimos tomar un refresco y..... vaya, es la hora.
¡¡Hasta el curso que viene!!!
Paz a vosotros.
